Antes de intentar amigarnos con la AI, hay que entenderlo a él, porque la primera tendrá su algoritmo, pero el diseñador Sebastián Errázuriz no. Nunca sabremos qué es lo que pasa por su cabeza y cómo se mueven sus manos a la hora de sentarse a crear; nadie lo sabe, porque sus ideas y cada uno de sus objetos no son pura forma. Sebastián Errázuriz nos confunde, y pone patas arriba todo lo que alguna vez nos enseñaron, a través de un fondo demasiado profundo para nosotros los mortales.
Su trabajo es una profusión de ideas geniales, a veces una revolución contra lo que ya hay; otras, un plan B que nos zamarrea y nos confirma que no todo está dicho.
Él se aprovecha de la tecnología, también de la inteligencia. De la historia, de la ciencia, de la cultura, y a través de la resina, la madera, el arte, la exploración, el acero, la porfía, el desacato, el corte láser propone un mundo, su mundo.
Errázuriz es un provocador que juega con el sentido común, lo esquiva, lo engaña y al final se ríe, contagiando de ironía su diseño y a aquel que conozca su trabajo.
En éste, la cultura se asoma más divertida que nunca; la funcionalidad flirtea con la locura de las formas; la naturaleza se acomoda en el interiorismo de forma única y todo, absolutamente todo, nos dice: ¿ven que era posible?
Su mirada y su talento son exhibidos en importantes galerías del mundo; su propuesta lo ubica como uno de los diseñadores más prolíficos del momento; su obra (nos obligamos a llamar su trabajo así) es excepcional.
Por eso, le decimos Bravo!
Web: www.sebastian.studio
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